Walter Faber, un ingeniero que trabaja para la Unesco, es un personaje de mentalidad pragmática y carente de toda duda existencial.
En un mundo gobernado por la ley de probabilidades, Faber vive al servicio de una tecnología según la cual sólo lo tangible, aquello que puede calcularse, existe.
Un incidente aereo, una relación amorosa que arrastra una vieja culpa y otros sucesos imprevistos introducenen la mentalidad de Faber el sentido del mal.
El azar y el destino lo llevan por último hasta una playaáde Grecia, donde, en un giro irónico con ecos de tragedia griega, Faber abandona su ceguera y reconoce una terrible y oscura situación. á