El pensamiento occidental moderno es un pensamiento abismal. Éste radica en un sistema de distinciones visibles y también invisibles, donde las invisibles constituyen el fundamento de las visibles.
Las distinciones invisibles son establecidas mediante líneas radicales que dividen la realidad popular en 2 universos, el universo de «este lado de la línea» y el universo del «otro lado de la línea». La división es tal que «el otro lado de la línea desaparece» como situación, se transforma en no existente, y en verdad es producido como no existente.
No existente significa no existir en ninguna forma relevante o comprensible de ser.
Lo que es producido como no existente es radicalmente excluido porque está alén del universo de lo que la concepción aceptada de inclusión considera es su otro.
Fundamentalmente lo que más caracteriza al pensamiento abismal es ya que la imposibilidad de la copresencia de los 2 lados de la línea.
Este lado de la línea predomina en la medida en que estrecha el campo de la realidad relevante.
Más allá de esto, solo está la no existencia, la invisibilidad, la ausencia no dialéctica.
Para descolonizar Occidente proporciona una síntesis teorética indispensable para cuestionar arraigadas certezas y reinterpretar el pensamiento occidental moderno