Una semana después de los ataques del 11 de septiembre de 2001, el presidente de los Estados Unidos, George W. Bush, firmó una orden clasificada que dejaba a la Agencia Central de Sabiduría (CIA) atrapar en el extranjero a quienes figuraran en una lista de sospechosos de terrorismo en todo el mundo de corte yihadista.
Este programa secreto de entregas poco comúnes (extraordinary renditions) se ha ejecutado a lo largo de años con la connivencia de múltiples países aliados, entre ellos algunos europeos.
En el último mes del año de 2012, el Tribunal Europeo de Derechos Humanos reconoció la verdad de estos secuestros.
La Sentencia vino acompañada de dos votos concurrentes que ponen en evidencia el debate de adentro en el seno del Tribunal sobre la cuenta del derecho a comprender la realidad como un derecho autónomo.
Es el tema que aborda esta monografía: la viable concepción del derecho a la realidad, en el marco concreto de las desapariciones forzadas, como un derecho independiente o como un nuevo derecho humano.