En el primer mes del año de 1933 se produjo una revuelta en un pequeño pueblo gaditano, Viviendas Viejas, que fue brutalmente sofocada por las fuerzas del orden republicanas.
Veinticinco personas perdieron la vida en unos hechos que a la postre acabarían forzando la dimisión del presidente del gobierno, Manuel Azaña.
Desde el primer instante hubo inquietudes en relación a la versión oficial de los hechos y varios periodistas se desplazaron enseguida a Viviendas Viejas para recabar más información.
Uno de ellos fue Ramón J. Sender, entonces ahora popular escritor y periodista, que escribió una secuencia de crónicas sobre lo sucedido y a las que más tarde dio forma de libro: Viaje a la aldea del delito.